Mañana del 31 de octubre. Con la hora de sueño extra que nos regala el ajuste horario nos presentamos en Chapín dos cruzcampeones acompañados por dos fotógrafas que demostraron su pericia con la cámara y una dedicación y compromiso con el club que se echa en falta en algunos miembros de cuyo nombre no quiero acordarme.
Más participación de la esperada -alrededor de unos 1500 corredores- y algo de viento como única adversidad climatológica. La carrera, de 8300 metros, la completamos Ale G. y yo en 42 y 37 minutos respectivamente, pero, como siempre, un auténtico cruzcampeón demuestra de verdad su casta en el ámbito de la cervecita postcarrera. Echamos en falta un tirador en la meta, pero supimos suplir su ausencia con un paseo por el centro de Jerez y una comida en la Cruz Blanca (los barrilitos los dejamos para cuando el gran Emilio nos honre con su presencia en carrera).
El plato anterior al de la foto no pudo ser fotografiado; estaba tan bueno que no dio tiempo.
Por último, esperamos contar para la próxima carrera en tierras jerezanas con una mayor participación del club. Hasta entonces,
Kilómetros y cerveza,
Quique
